¿Te has preguntado quién eras antes de olvidarte?

Hay un momento, casi imperceptible, en el que dejamos de escucharnos.

Empieza con un “ya lo haré luego”, con un “ahora no tengo tiempo”, y sin darnos cuenta, se convierte en una vida entera vivida de puertas para afuera.

Nos llenamos de responsabilidades, rutinas, deberes, listas, exigencias. Y el cuerpo, ese sabio que no miente, empieza a hablar: cansancio sin motivo, insomnio, falta de deseo, tensión en el pecho, digestiones lentas, inflamación.

💬 No es flojera. Es desconexión.

Desde la Psiconeuroinmunología (PNIe), sabemos que cuando el cuerpo vive en modo alerta durante demasiado tiempo, el sistema nervioso se apaga para protegerte. Tu energía baja, las hormonas se desregulan, el placer desaparece. Tu biología entra en modo “supervivencia emocional”.

Y entonces llega la pregunta… ¿quién eras antes de olvidarte?

Antes de cuidar a todos menos a ti. Antes de apagar tus ganas por miedo a decepcionar. Antes de dejar de mirarte con ternura.

Esa mujer sigue ahí. No se fue. Solo espera un poco de silencio, de respiración profunda, de tiempo para sentir.

🌿 3 formas de empezar a recordarte:

1. Escucha tu respiración 3 veces al día. La respiración es el lenguaje más directo con tu sistema nervioso. Cada vez que inhalas consciente, le dices al cuerpo: “Estoy aquí, estás a salvo”.

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3. Recupera algo que amabas hacer. Dibujar, bailar, leer, caminar sola. Lo que sea. La alegría es antiinflamatoria. Literalmente.

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5. Di no cuando tu cuerpo diga no. No necesitas justificar tu descanso. Tu cuerpo es el mapa, no el obstáculo.

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💚 Frase para integrar:

“Recordarte no es volver atrás. Es volver a casa.”

Cada semana, cada dí, en mi lista de correo, escribimos juntas desde ese lugar donde el cuerpo y el alma se encuentran.

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