“Crear juntas no es productividad. Es medicina.”

laura callejo
15 oct
1 Min. de lectura

Hemos aprendido a medirlo todo:

✔️ cuántas horas trabajamos

✔️ cuántas tareas tachamos

✔️ cuántos logros acumulamos

Pero la creación compartida no se mide. Se siente. No es un check en la lista de pendientes, es un pulso de vida que se enciende cuando estás en círculo con otras mujeres.

Lo que pasa en tu cuerpo cuando creas en comunidad

Oxitocina: la hormona del vínculo que reduce la ansiedad y mejora tu sistema inmune.
Dopamina natural: aparece con la sensación de logro compartido, sin presión ni juicio.
Corteza prefrontal en calma: compartir creatividad activa tu zona más reflexiva y apaga la hiperalerta del estrés.

No es “hacer por hacer”. Es sanar desde el encuentro.

El valor invisible de los círculos

Cuando te sientas a pintar, escribir, bailar o simplemente estar… acompañada, algo cambia:

Lo que sola se siente como obligación, en grupo se convierte en juego.
Lo que antes era silencio incómodo, ahora es espacio seguro.
Lo que parecía “pérdida de tiempo”, ahora es un ritual de cuidado.

Porque crear juntas no busca resultados, busca raíces.

Pequeños rituales para probar en tu día a día

Círculo de 10 minutos: llama a una amiga y dibujad juntas por videollamada, sin objetivo.
Cadena creativa: comparte una frase, dibujo o idea con otra mujer y deja que ella la continúe.
Mini encuentro presencial: un café, dos cuadernos, cero juicios.