Autoexigencia camuflada: cuando incluso el autocuidado se vuelve una tarea más.
- laura callejo
- 13 ago
- 3 Min. de lectura

¿Te ha pasado esto?
"No he meditado hoy, qué mal. ""No me dio tiempo de hacer yoga, ya estoy fallando otra vez. ""No comí bien, no me estoy cuidando nada."
Te entiendo. Y te digo algo con todo el cariño y con base científica: No estás fallando. Te estás exigiendo más de la cuenta, incluso en lo que se supone que debería aliviarte.
¿Qué es la autoexigencia camuflada?
Es cuando el autocuidado, que debería ser un espacio de pausa, se convierte en una lista más de “cosas que hacer bien”.
Y no es tu culpa. Vivimos en un mundo donde incluso el bienestar se ha convertido en una industria. Y a veces, nos mete presión con frases como:
“Si no lo haces todos los días, no sirve.”
“Tienes que tener disciplina, si no es pereza.”
“Solo si eres constante, obtendrás resultados.”
Pero... ¿a qué coste?
El enfoque PNIe: ¿Qué pasa cuando incluso el autocuidado te estresa?
Desde la Psiconeuroinmunoendocrinología, sabemos que:
El estrés crónico, incluso sutil, mantiene elevados tus niveles de cortisol.
Cuando incluso “relajarte” te estresa, tu cuerpo no entra en modo reparación.
Esto afecta tu sueño, tu digestión, tu inflamación, tu sistema inmune y tus emociones.
El sistema nervioso necesita seguridad para soltar. No puedes relajarte si estás en modo “rendimiento constante”, aunque sea con actividades supuestamente sanas.
8 señales de que tu autocuidado está lleno de autoexigencia
Haces yoga con culpa si no lo haces "perfecto"
Meditas pero no puedes parar de juzgarte por no "concentrarte"
Tomas decisiones de salud desde el miedo, no desde el amor
Comes saludable pero lo vives como castigo
No disfrutas tus hábitos porque los vives como obligación
Sientes que si no cumples tu rutina, perdiste el día
Tienes más “checklists” que momentos reales de presencia
Te comparas con otras que “sí se cuidan bien” y te sientes mal
¿Qué puedes hacer para empezar a cuidarte sin presión?
1. Deja espacio para lo imperfecto
Haz un 20% de lo que te propusiste. Pero hazlo con amor. No hace falta hacerlo TODO. Solo hace falta hacerlo tuyo.
2. Escucha lo que de verdad necesitas hoy
A veces necesitas movimiento, otras veces solo respirar. Permítete preguntarte cada mañana:“¿Qué necesito hoy?” y que esa sea tu única guía.
3. Haz del autocuidado un refugio, no una tarea
En lugar de agendar 5 actividades de bienestar, crea un pequeño ritual con intención. Ejemplo: una infusión + 3 minutos de silencio + escribir 2 líneas. Y ya está.
4. Desactiva el “modo logro”
No tienes que ser buena en meditar, ni flexible para hacer yoga, ni constante para que funcione. Solo necesitas presencia y amabilidad contigo.
5. Celebra lo mínimo
¿Lograste parar 5 minutos? ¿Pusiste una mano en tu corazón y respiraste? Eso es autocuidado. No necesitas más.
Mis planes son para bajar el ritmo, no subir otra montaña
He creado mis servicios y programas para acompañarte a reconectar contigo sin que se sienta como otra obligación.
Desde la salud integrativa, la PNIe y una mirada real y humana. Porque tú no necesitas más exigencia: Necesitas espacios suaves, sostenibles y amorosos.
👉 Descúbrelos aquí: en mi newsletter
Frase final:
“Cuidarte no es una tarea más. Es una forma de recordarte que ya estás completa, incluso cuando no haces nada.”




Comentarios