“No eres rara por necesitar silencio. Eres sabia.”
- laura callejo
- 4 oct
- 3 Min. de lectura

¿Cuántas veces has pensado que eras rara por querer silencio? Por no disfrutar de la fiesta, del ruido, de la multitarea constante. Por necesitar apagar pantallas, cerrar la puerta y simplemente estar contigo.
La sociedad te ha enseñado que “estar sola” es extraño. Que “quedarte en casa” es perderte algo. Que “hacer nada” es improductivo. Pero tu cuerpo y tu alma saben otra verdad: el silencio es medicina.
🔬 Lo que la PNIE nos enseña sobre el silencio
El silencio activa el sistema parasimpático, ese modo biológico que repara, digiere y calma.
En espacios sin ruido, tu cerebro produce ondas alfa: las mismas que aparecen en meditación y estados creativos.
La inflamación de bajo grado disminuye porque el cortisol baja y tus neurotransmisores se equilibran.
La introspección fortalece tu identidad: escuchas tu voz sin las capas del mundo.
No es debilidad necesitar silencio. Es un acto de sabiduría biológica.
Cómo reivindicar tu silencio en lo cotidiano.
1️⃣ La pausa de 3 respiraciones
Parece demasiado simple, pero en términos biológicos es un interruptor potente:
Al inhalar profundamente, estimulas tu nervio vago, la autopista que conecta cerebro, corazón, intestino y sistema inmune.
Al exhalar lento, envías al cuerpo el mensaje: “no hay peligro, puedes bajar la guardia”.
Estudios en neurociencia muestran que incluso tres respiraciones conscientes bastan para reducir la activación simpática (modo lucha/huida).
👉 Cómo hacerlo: Antes de responder un mensaje, una llamada o un correo, detente: inhala 3-4 segundos, suelta 5-6 segundos. Hazlo 3 veces. Notarás la diferencia en tu tono y tu calma.
2️⃣ Espacios sin pantalla
La hiperestimulación digital mantiene tu cerebro en alerta constante, con descargas de dopamina que terminan agotando tu energía. Privarte de pantallas, aunque sea 5 minutos, permite que tu sistema nervioso cambie de frecuencia y tu atención se expanda.
👉 Ejemplo: si viajas en transporte o vas caminando, guarda el móvil. Observa colores, texturas, sonidos. Esa atención abierta activa tus ondas alfa, las mismas que en estados meditativos. Es un gimnasio para la calma mental.
3️⃣ Silencio compartido
No siempre es necesario hablar para estar conectados. Compartir silencio con alguien de confianza fortalece la seguridad interna y relaja tu sistema límbico (el centro de las emociones).En PNIE esto tiene un impacto: al bajar cortisol en compañía, sube la oxitocina, la hormona del vínculo.
👉 Cómo practicarlo: Toma un café con tu pareja, un amigo o incluso con tu hijo mayor. No llenes cada hueco con palabras. Permítete 2 minutos de estar juntos, simplemente respirando o mirando por la ventana.
4️⃣ El ritual de cierre
La luz azul de pantallas engaña a tu cerebro haciéndole creer que aún es de día, bloqueando la producción de melatonina. Sin melatonina, tu sueño profundo se altera y con ello tu reparación hormonal, inmune y cognitiva.
👉 Ritual sencillo: 20 minutos antes de dormir, baja luces y guarda pantallas. Sustitúyelas por un gesto sencillo: lectura breve, música suave, escribir tres frases de gratitud.Tu cuerpo lo registrará como señal: “es hora de repararme”.
Reivindicar tu silencio no es aislarte. Es darle a tu cuerpo la medicina que necesita para volver a equilibrarse.
¿Cuándo fue la última vez que buscaste silencio sin sentirte rara?
Frase final
"El silencio no te aleja del mundo. Te devuelve a ti."
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