"No sé qué me gusta. No sé qué quiero. Estoy anestesiada".
- laura callejo
- 26 ago
- 2 Min. de lectura

Tal vez lo piensas en silencio: “No sé qué me gusta… no sé qué quiero… me siento anestesiada.”No es un fallo tuyo. Es la consecuencia natural de un cuerpo y un cerebro que llevan demasiado tiempo en modo supervivencia.
Desde la PNIe (psiconeuroinmunología clínica) sabemos que cuando el estrés crónico mantiene activo el eje hipotálamo–hipófisis–adrenal, el cortisol elevado genera:
Apagamiento del sistema límbico (emociones y motivación).
Dificultad para experimentar placer (se bloquea la dopamina).
Anestesia emocional: sigues funcionando, pero desconectada.
Es decir: no es que no tengas gustos o sueños, es que tu biología está ocupada en “sobrevivir”, no en “disfrutar”.
Claves para empezar a despertar de la anestesia emocional
Microplaceres diarios. Elige una cosa pequeña (oler un café, sentir el sol, escuchar una canción) y obsérvala con presencia. Activarás el circuito de dopamina poco a poco.
Respiración diafragmática 3-5-7. Inhala 3 segundos, mantén 5, exhala 7. Esto calma tu sistema nervioso y abre espacio interno.
Diario de curiosidad. En vez de preguntarte “qué me gusta”, escribe qué cosas despiertan curiosidad. La curiosidad es la antesala del placer.
Movimiento suave y consciente. Caminar sin música, yoga de bajo impacto, estiramientos. El cuerpo en movimiento ayuda a liberar endorfinas y a recuperar conexión con sensaciones internas.
Alimentación antiinflamatoria sencilla. Reducir azúcares y ultraprocesados mejora la sensibilidad dopaminérgica y serotonérgica → menos inflamación, más capacidad de disfrute.
Momentos de silencio interno. Desconectar pantallas aunque sea 10 minutos al día. El ruido externo perpetúa la anestesia interna.
Terapia de compasión contigo misma. Cambiar el “no sé qué quiero” por “estoy aprendiendo a descubrirlo”. No es exigencia, es proceso.
Tips prácticos inmediatos (modo express):
Escribe cada noche: “Hoy me gustó…” aunque sea un detalle mínimo.
Haz una pausa de 2 minutos al día para simplemente sentir tu respiración.
Sustituye la culpa por la curiosidad: no es “qué debería gustarme”, sino “qué me sorprende que me guste”.
Frase:
"No estás vacía. Estás dormida. Y todo lo dormido puede despertar."
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