“¿Y si tu ansiedad es solo tu alma gritando que pares?”
- laura callejo
- 2 oct
- 2 Min. de lectura

La ansiedad suele vivirse como un enemigo. Ese nudo en el pecho, la mente corriendo, la sensación de que algo malo va a pasar aunque no sepas qué. Y entonces llega la culpa: “¿por qué no puedo controlarlo?, ¿qué me pasa?”.
Pero… ¿y si tu ansiedad no fuera un fallo?¿Y si fuera tu alma gritando, con todas sus fuerzas: “necesito que pares”?
Desde la mirada PNIE (psiconeuroinmunoendocrina)
La ansiedad no surge de la nada: es la respuesta biológica de un sistema nervioso sobreestimulado.
El cortisol y la adrenalina mantienen tu cuerpo en “modo huida” aunque no haya un peligro real.
La inflamación crónica de bajo grado aumenta cuando nunca das espacio al descanso, y eso intensifica síntomas emocionales.
El alma, en este lenguaje, es la parte de ti que sabe lo que necesitas antes que tu mente.
No es que estés rota: es que tu cuerpo está pidiendo tregua.
5 microacciones distintas para bajar el volumen del mundo
Mete las manos en agua fría1 minuto. Este gesto activa tu nervio vago y ayuda a cortar la cascada de cortisol.
Mira el cielo durante 3 minutosNubes, estrellas o simplemente el azul. Cambiar el foco visual expande la percepción y calma la hiperactividad mental.
Escribe en una servilleta lo que no quieres cargar hoyTíralo después. Es un ritual simbólico que descarga la tensión acumulada.
Autoabrazo conscienteCruza los brazos y presiónalos suavemente sobre tu pecho. Tu cerebro lo interpreta como contacto seguro y baja la alerta.
Haz una pausa de “música medicina”Una canción que te dé calma o que mueva tu energía (según lo que pida tu cuerpo). La música regula directamente dopamina y serotonina.
Pregunta espejo
¿Qué pasaría si tu ansiedad no fuera tu enemiga, sino tu cuerpo pidiéndote un gesto de presencia?
"La ansiedad no siempre es un enemigo. A veces es tu brújula para volver a ti."
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